sábado, 11 de febrero de 2017

Por cada vez que he muerto
me ha costado demasiado
nacerme de nuevo.
La que nunca he sido
y la que no me atreví a ser
las desterré en una especie de limbo.
Vengo al mundo agujero,
temor, desgarro, gota de agua
que tiembla.
Me llamo yo misma
para ver si aún estoy
pero fue en mi intento de reconciliar
la que fui y la que soy
-en este y en mis otros mundos-
que surgió de mí
una voz nombrándome.





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