jueves, 6 de octubre de 2016



Para alguien de letras, como yo,
es difícil entender que en la vida
dos por dos son cuatro.
Siempre termino mezclando números
con variables no matemáticas.
Parto de la premisa
de que siempre y nunca no existen.
Concluyo en un todo y nada relativos.
Pero sólo sé que a este ahora
hay que sumarle mañanas
y que al restarle el ayer,
multiplicarlo por condicionales
y dividirlos por instantes
-alegres y tristes-,
da como resultado
esta ecuación extraña.

Así que interrumpo la clase,
abandono la lógica
y abro un libro.

Imagen: Cristina Otero

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